martes, 29 de diciembre de 2009
¿Que qué estoy pensando?
Que acabo de cumplir 25 años. Que es un cuarto de siglo. Que es una bendición. Por lo que estoy agradecido... con Dios, con la vida, con mi familia, con tantos amigos, y con mi trabajo.
Quisiera salir a mi azotea y gritar al cielo y a todas direcciones GRACIAS POR TODO. Aunque temo asustaría a mis vecinos. Lo grito aquí: GRACIAS POR TODO!
Veinticinco años. Tal vez sea tiempo para el romance. Mientras sigo diciendo a Dios, a la familia y los amigos, que gracias por todo. Por todo.
martes, 22 de diciembre de 2009
Felicidad
Que la paz, el amor, y la felicidad estén siempre a tu alrededor.
¡Mis mejores deseos!
jueves, 26 de noviembre de 2009
El Gran Tiburón Ballena.
Era un capricho. Un recuerdo de infancia también. Todos hemos de recordar aquellos famosísimos documentales de National Geographic que veíamos de niños. Recuerdo el de las ballenas. Y dentro del de las ballenas siempre me llamó la atención la parte del tiburón ballena, cuando salía un hombre buceando al lado del mamífero que era tiburón y ballena al mismo tiempo.
Un día hace un par de meses viendo en casa de mis padres una sección especial de la Riviera Maya en una revista de viajes apareció en el mapa un dibujo del tiburón ballena. Tiburón ballena. El lugar: Isla Holbox o Isla Contoy.
Pasaron los meses. Un día de visita en Isla Mujeres, por varios lugares de la isla te vendían excursiones para ver al tiburón ballena. Junio 2009. Pregunté y me dieron datos. Ahí empezó la investigación más a fondo. Y decidí ver pronto al tiburón ballena.
No fue posible en junio, tampoco en julio, y llegó agosto. La temporada para ver al tiburón termina en septiembre. Era agosto o las probabilidades de verlo iban a ser menores en septiembre. Además que ya había un plan hecho para septiembre.
Cancún, de agosto del 2009. Un chevy rentado y salgo del aeorpuerto a toda velocidad. Después de una tremenda desviación por unas malas señales, estoy llegando a Valladolid. Pésima confusión, grave desviación. Regreso a tomar camino correcto. De pronto estoy pasando por uno y otro y otro pueblo de la península. Infinitamente cautivantes. La gente, la paz de sus habitantes, la atmósfera de ésos pueblos era algo fantástico. De pronto arrivando a Nuevo Xcan. Después Chiquilá. Ahí se queda el auto estacionado y busco una lancha que me lleve a Holbox, pueblo mágico. Sale una en diez minutos. La tomo y la comparto con una familia, son de Guadalajara y llevan casi una semana en la riviera maya. Dentro de la plática van también a ver al tiburón ballena, y al final de cuentas optamos por rentar juntos la lancha para el día siguiente.
Caminé por el pueblo para buscar un lugar donde dormir. La elección fue un hostal y la opción era cama en un cuarto o casa de campaña. Casa de campaña.
Ya de noche fui a cenar por el pueblo. Muy buena cena en un lugar acogedor en pleno centro. Pescado a la limón y arroz con alcaparras.
Llego el día siguiente, me ví con la familia de Guadalajara en el muelle, se alistó todo, nos dieron las instrucciones una de ellas usar solamente filtro solar biodegradable y como iba a ser para nadar con la ballena y las distancias a mantener.
Buscamos. Y buscamos. Y seguíamos buscando. Pasaron horas sin que la ballena hiciera un solo acto de presencia. En el transucrso vimos cosas fantásticas. Rayas, manta rayas, peces voladores, y lo que primero vimos que fueron increíbles era un pequeño grupo de delfines que nadaron unos minutos al lado de la lancha. Ya después, mucho después salió la aleta dorsal del gigante. El conductor de la lancha se lanzó hasta allá y las demás lanchas de turistas se apresuraron hacia la ballena. Empezaron los turnos para nadar con ella.
Entonces ya sobre la lancha, con el snorkel puesto cuenta el guía hasta tres y ¡al agua!. Te dice con su mano la dirección en la que nades. Adelante, adelante, adelante, rápido, rápido, rápido, y de pronto del lado izquierdo ves un pez azul gigante y eso es verdaderamente gigante y va nadando hacia ti. No puedes creerlo, y no hay tiempo para pensarlo. En el momento que la ballena pasa a tu lado tienes que tratar de nada a toda velocidad para nadar a su lado. Ahí te das cuenta de su verdadero tamaño: esta era de nueve metros de largo. Varios pececitos iban a su lado nadando al mismo ritmo, esto para captar también del plancton que la ballena está comiendo. Su aleta, me acuerdo, como movía la cola para avanzar, tan elegante. Su boca abierta para que entrara el plancton. El gran tiburón ballena.
Después fuimos a snorkear en “cabo catoche”, ahí vimos peces loro, un tiburón gato y decenas de peces. Esa misma tarde partí a Cobá, a conocer unas ruinas mayas. Al día siguiente a Tulum. Y el gran tiburón ballena estaba por alejarse hacia rumbos lejanos, a donde estuviera el plancton.
Agosto 2009.
http://www.flickr.com/photos/borrepilot/sets/72157621921550267/
miércoles, 23 de septiembre de 2009
¿Qué es la vida?
miércoles, 10 de junio de 2009
¿Qué Pasaría?
jueves, 2 de abril de 2009
La vida en tránsito. Reflexión.
m. Acción de transitar, esp. las personas y vehículos por la vía pública.
Para los creyentes, muerte.
Paso, lugar por donde se pasa de una parte a otra.
Lugar de parada y descanso en un viaje.
Paso de un estado o empleo a otro.
Hace cinco años estaba en el funeral de una amiga con la que había compartido salón desde la secundaria. Fue una muerte inesperada. Nadie lo creíamos y si, para todos los que habíamos sido sus compañeros fue una dolorosa ocasión. Hoy por medio de una red de amigos en la que tengo a su hermano, veo un mensaje que transmite públcamente por la red hacia su hermana. Cinco años. Que la paz esté con tu familia y que goces tú de la felicidad eterna. Gracias por tus sonrisas, por ésos fenomenales momentos que pasamos juntos y en algún momento nos volveremos a encontrar.
No cabe duda que la vida la tenemos en tránsito. Estamos y de un momento a otro ya no estamos. Por éso soy de la idea de vivir intensamente al máximo. Vivir cada momento. Jamás perder la capacidad de asombro. Disfrutar cada minuto. Gozar a la familia como si fuera el último día que los fuera uno a tener. Ver lo sencillo como algo sorprendente. Ver al prójimo como alguien que merece amor. Desvalagar amor. Amar para siempre. Dejar huella.
Y ése día en el que tengamos que partir, hayamos vivido lo más intenso que se haya podido. Que la huella de tu vida quede impresa sobre piedra, y que hayas amado de tal manera que todo aquel que te haya conocido se sienta satisfecho de haberte conocido porque aún siente tu amor en su corazón.
Recuerde el alma dormida,
avive el seso y despierte
contemplando
cómo se pasa la vida,
cómo se viene la muerte
tan callando,
cuán presto se va el placer,
cómo, después de acordado,
da dolor;
cómo, a nuestro parecer,
cualquiera tiempo pasado
fue mejor.
Pues si vemos lo presente
cómo en un punto se es ido
y acabado,
si juzgamos sabiamente,
daremos lo no venido
por pasado.
No se engañe nadie, no,
pensando que ha de durar
lo que espera,
más que duró lo que vio
porque todo ha de pasar
por tal manera.
Nuestras vidas son los ríos
que van a dar en la mar,
que es el morir;
allí van los señoríos
derechos a se acabar
y consumir;
allí los ríos caudales,
allí los otros medianos
y más chicos,
y llegados, son iguales
los que viven por sus manos
y los ricos.
sábado, 14 de marzo de 2009
Instantes...
miércoles, 18 de febrero de 2009
Costa Rica 2008. Sigue Caminando. Sigue Descubriendo.
Comenzamos el descenso. Verde, verde, verde, verde, un volcán por allá del lado izquierdo del lado derecho la costa del Pacífico. Era Liberia. Descendemos a San José. Poco más de un año antes había volado a SJO en el Learjet. De noche, y pisa y corre (ambulancia aérea). No se vió nada. Bonita aproximación. Salí y fui a buscar a un amigo mexicano con quien iba a viajar los próximos días. También pilóto él, se había ido de "aventón" llegando la noche anterior. Nos vimos en el mostrador de Mexicana como estaba pactado, fuimos a recoger el auto para rentar y mi primer coraje: había olvidado mi licencia de conducir en México. De los ocho días en Costa Rica Mario sólo estaría cuatro. Ni modo, manejaría cuatro días sin mi licencia de conducir. Por supuesto que esto no se lo dijimos al que rentó el auto. Iniciamos la travesía.
Hicimos una breve escala para desayunar y fue la perfecta introducción a la comida tica: huevos revueltos, gallo pinto y la salsa Lizano. Continuamos conduciendo. El auto 4x4 no corría a más de 100Km/hr Mario empezó a desesperarse (acostumbrado a conducir a toda velocidad en la Ciudad de México). Un camión acaba de salirse de la carretera, el tráfico interminable. Plan de acción inmediato: hacia SAn Ramón. SAlimos de la carretera y empezamos a conducir por una brecha hsta tomar por otro lado la carretera. El destino: Playa Tamarindo, en la zona de Guanacaste al NW de Costa Rica. Antes de llegar ahí paramos en un lugar de tours, un poco después del puente de la Amistad para hacer canoppy. Una experiencia para siempre. Más que cannopy le llamaban "superman", ya que te atan de un arnés que tienes en el torso a una cuerda de acero que recorre kilómetros por encima de una barranca. Tres, dos, uno, y un grito que la selva entera debió haberse percatado de la emoción. Segundo cannopy, la misma adrenalina.
Al día siguiente ya entrada la tarde conducimos hacia La Fortuna un área muy bonita en donde se encuentra el Volcán Arenal. Un Volcán activo, el cual si corríamos con suerte podríamos verlo haciendo erupción. La carretera demasiado angosta, rodeamos toda una laguna y el cielo estuvo completamente nublado. Empezó a llover y llovía muy fuerte. Los parabrisas del auto no eran los mejores. De pronto empezamos a oír un ruido demasiado fuerte. Allá a lo lejos se veía en el cielo una enorme mancha naranja. Difuminado el naranja por las nubes. Mario no quiso que nos detuviéramos, y no fue si no hasta el día siguiente que me creyó había sido una erupción del volcán. Al día siguiente fuimos a la catarata La Fortuna. No valía la pena ir al volcán, de hecho nunca pudimos verlo por las condiciones de nubosidad. La catarata estuvo hermosa. De pronto caminamos bosque adentro y hubo un momento demasiado mágico. De pronto la lluvia cayendo sobrenuestro alrededor que eran millones de plantas. El silencio interrumpido por los sonidos de aves e insectos de nuestro alrededor. De pronto Mario ve una rana pequeña y le advierto por ningún motivo la toque, de tocarla en menos de 15 minutos estaría asfixiado. Seguimos caminando y una telaraña enorme con una araña de lo más extraño justo en el centro. Mario de pronto gritó al ver un animal. Era un oso peresozo y lo vimos en el suelo. Es un animal que solo baja de los árboles una vez al mes para hacer necesidades, y lo vimos en el suelo. Inmersos en la niebla creí haber visto un quetzal. Si lo fue así de verdad que estábamos de suerte. Volvimos a la catarata y de ahí la subida hasta el estacionamiento. Todo en condiciones de lluvia lo cual lo tornó aún más una aventura.
Inicé el camino. En principio era la misma carretera que habíamos tomado hacia Playa Tamarindo, después había una desviación que jamás tomé. Cuando me dí cuenta ya estaba llendo completamente hacia otro lado. Entonces para no regresar y perder más tiempo decidí tomar un camino de acuerdo a como lo vi en el mapa. La carretera muy buena, después se hizo más angosta. Después se hizo una carretera llena de pozos. Después fue una brecha. Después estaba en una brecha, en el fondo un paisaje de ilusión, en profunda soledad al no haber nada ni nadie alrededor, y de pronto no supe en qué lugar estaba. Seguí descendiendo por la brecha. De pronto llegué a un pueblo y pregunté si iba en la dirección correcta. Si; iba en la dirección correcta. Seguí manejando, seguía descubriendo. El camino fue bonito muy bonito, a parte de los paisajes costaricenses pasaba por casas y casas de familias ticas. Pintoresco el escenario.
Unas horas después pasaba por Jacó. El famoso Jacó que tanto había leído al planear el viaje. Seguí manejando y después de unas horas: Quepos. Un pequeño paso hacia el destino Final: Manuel Antonio. Quepos era un pueblo bonito pero nada extraordinario hasta lo que alcancé a percibir. Pasé Quepos y conducí cuesta arriba a Manuel Antonio. Paradisiaco. Descendí nuevamente y el pueblo muy bonito. Más bien eran puras cabañas y pequeños hoteles. Todos inmersos en la selva y a la derecha la costa del Pacífico. Llegué hasta el final (donde inicia el Parque Manuel Antonio) y volví a regresar. Esta vez al lugar donde me alojaría: Cabinas Ramírez. Me dieron la llave de mi habitación. Muy sencilla, muy rústica, muy buen precio.
martes, 3 de febrero de 2009
Próximamente Costa Rica 2008, la Pausa.
PRÓXIMAMENTE.
domingo, 25 de enero de 2009
45 millones de la Lotería
-Bien flaquito, ¿y tú?
-Bien también gracias, oye ¿dónde compras boletos para la lotería nacional?
-En muchas tienditas o tiendas los venden, ¿por?.-
Y es que antier escuché en la radio un anuncio que decía el premio eran cuarenta y cinco millones de pesos. Por mi mente empezaron planes y más planes con ésos cuarenta y cinco millones.
Dice mi mamá: "el sueño de todo mexicano hijo, pero pues, alguien tiene que salir ganador. Además, soñar no cuesta nada".
Si mami, soñar no cuesta nada. En la noche ya en la cama por dormir seguía pensando en ésos cuarenta y cinco millones. Pensando en qué los invertiría y cómo los manejaría. Pensé, que sería mejor invertirlos y seguir trabajando y viviendo con mi dinero como si nunca hubiera ganado ésos cuarenta y cinco millones de pesos. Ya que las inversiones rindieran frutos me imaginé hacieno viajes con toda la familia, buenas fiestas, donaciones a organizaciones caritativas. Toda clase de opciones para ése dinero.
Aún no compro el boleto, tal vez vaya un poco más al rato sin embargo por la mañana empecé a pensar algo: si realmente me dieran ésa cantidad de dinero, probablemente ya no tuviera la necesidad ni si quiera de trabajar en ésta vida (cosa que por supuesto no quisiera dejar de hacer, trabajar). Y me imaginé a los treinta años con millones y millones de pesos a mi disposición, y probablemente la única finalidad o única meta sería hacer aún más dinero con ése dinero. No sonó agradable. ¿Cuál sería la intención de mi vida con todo ése dinero? ¿Realmente me haría feliz? ¿Seguiría siendo el mismo o éso si pudiera hacerme perder completamente el piso?
No lo sé. Me dejó pensando todavía más ésa reflexión que lo que haría con ésos millones de millones de pesos. Compraré el boleto, si. Y si gano, espero no gane al final de cuentas infelicidad para el resto de mi existencia. Tal vez mejor así, trabajando y luchando para lograr meta tras meta.