jueves, 2 de abril de 2009

La vida en tránsito. Reflexión.

San Diego, California. Marzo 31 2009.
tránsito
m. Acción de transitar, esp. las personas y vehículos por la vía pública.
Para los creyentes, muerte.
Paso, lugar por donde se pasa de una parte a otra.
Lugar de parada y descanso en un viaje.
Paso de un estado o empleo a otro.



Hace cinco años estaba en el funeral de una amiga con la que había compartido salón desde la secundaria. Fue una muerte inesperada. Nadie lo creíamos y si, para todos los que habíamos sido sus compañeros fue una dolorosa ocasión. Hoy por medio de una red de amigos en la que tengo a su hermano, veo un mensaje que transmite públcamente por la red hacia su hermana. Cinco años. Que la paz esté con tu familia y que goces tú de la felicidad eterna. Gracias por tus sonrisas, por ésos fenomenales momentos que pasamos juntos y en algún momento nos volveremos a encontrar.



No cabe duda que la vida la tenemos en tránsito. Estamos y de un momento a otro ya no estamos. Por éso soy de la idea de vivir intensamente al máximo. Vivir cada momento. Jamás perder la capacidad de asombro. Disfrutar cada minuto. Gozar a la familia como si fuera el último día que los fuera uno a tener. Ver lo sencillo como algo sorprendente. Ver al prójimo como alguien que merece amor. Desvalagar amor. Amar para siempre. Dejar huella.



Y ése día en el que tengamos que partir, hayamos vivido lo más intenso que se haya podido. Que la huella de tu vida quede impresa sobre piedra, y que hayas amado de tal manera que todo aquel que te haya conocido se sienta satisfecho de haberte conocido porque aún siente tu amor en su corazón.
Aprovecho para compartir este poema que me hicieron leer en la secundaria y toda la vida me ha gustado:
Coplas por la muerte de su padre
Jorge Manrique

Recuerde el alma dormida,
avive el seso y despierte
contemplando
cómo se pasa la vida,
cómo se viene la muerte
tan callando,
cuán presto se va el placer,
cómo, después de acordado,
da dolor;
cómo, a nuestro parecer,
cualquiera tiempo pasado
fue mejor.

Pues si vemos lo presente
cómo en un punto se es ido
y acabado,
si juzgamos sabiamente,
daremos lo no venido
por pasado.
No se engañe nadie, no,
pensando que ha de durar
lo que espera,
más que duró lo que vio
porque todo ha de pasar
por tal manera.

Nuestras vidas son los ríos
que van a dar en la mar,
que es el morir;
allí van los señoríos
derechos a se acabar
y consumir;
allí los ríos caudales,
allí los otros medianos
y más chicos,
y llegados, son iguales
los que viven por sus manos
y los ricos.