sábado, 28 de febrero de 2015

No hay secretos, todo está a nuestro alrededor.


Soy un amante de la naturaleza. Me gusta admirar lo que nos rodea y sonará extraño mas de pronto ves el cielo y te sorpende, más si es de noche cuando ves el cielo cubierto de estrellas y en tu mente llega el sentimiento de que eres algo insignificante en el universo. Si un átomo puede ser un pequeño universo bien puede ser posible nuestro universo es un átomo insignificante dentro de otro universo. Quizás lo que se conoce de nuestro universo sea como una partícula de polvo que vemos brillar cuando la ilumina el sol al desplazarse dentro de una habitación. No somos nada, y nos gusta mucho observar.

A pesar de lo poco que se conoce del universo en el que habitamos, las mayores revelaciones para nuestra existencia están a nuestro alrededor. Comenzamos con la sucesión de Fibonacci y su relación en el reino vegetal, investígalo y será sorprendente. El hombre hoy utiliza esas sucesiones en aplicaciones matemáticas que han logrado grandes avances en la computación.

El hombre voló por primera vez cuando terminó de comprender la forma en que los pájaros lograban volar. La cámara fotográfica surgió cuando hubo pleno conocimiento de la óptica y cómo es que funcionaba el ojo humano. Los reptiles dieron pie para que el hombre creara de submarinos.

Antes de que el hombre descubriera la rueda transformando su existencia para hacerla más fácil, había piedras con forma redonda las cuales el hombre se percató de que eran estas las más fáciles de mover.

Hace miles de años el hombre veía que había cosas que flotaban en el agua e.g. la madera. Hoy tenemos barcos.

Por obvias razones tengo una fascinación por la navegación, y estoy convencido que el curso de la vida tiene que ver con la navegación. Más que superación personal, más que desarrollo humano, el secreto para salir adelante es el mismo que cuando se desea navegar en un velero: se debe de tener un destino al cual se quiere ir, por mejores que sean las velas si no se extienden de la forma apropiada la embarcación nunca avanzará. Si las velas no se colocan en la forma correcta por mejor viento que sople, no servirá de nada. Podrá venir el viento de cualquier dirección, y más o menos mas siempre permitirá que sigas avanzando, el secreto está en colocar las velas de forma correcta. Habrá veces que se tendrá que recorrer más distancia, no importa, lo importante es seguir avanzando para llegar al destino deseado. Habrá veces en que se tengan que girar las velas de babor a estribor, igualmente en nuestras metas y estrategias personales y profesionales habrá veces que tengamos que cambiar de ideología o de prácticas para poder alcanzar un objetivo.

No hay muchos secretos. Todo está en nuestro alrededor, en lo que vemos, en lo que oimos. Basta con ser observadores y aprender de lo que han ido aprendiendo desde hace bastantes años atrás.


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